sábado, 18 de octubre de 2008

AVAKOTEPA: AVAÑE’Ẽ KO’ÃGAGUA OJEPURUHÁICHA TETÃ PARAGUÁIPE


Ko tembiapo rupive rohechaukáta mba’éichapa oho tenonderãme ko proyecto de investigación- AVAKOTEPA pegua. AVAKOTEPA rupive oñeñeha’ãta oñembyaty Guarani ñe’ê ojeipurúva ko’ága peve, ojeguereko haguáicha techapyrãramo ha oñemoî haguâ científico ha maymave tapichakuéra jehupytyrâme, oikuaave ha ojehekombo’eve haguã Guarani ñe’ême. Upeva’erã ojeguerekóta peteî Plataforma informática-rehegua, oîtaháme Guarani ñe’ê, ojekuaa ha oñemoambue haguã Internet rupive. Guarani ñe’ê ñembyaty oñemohendáta mokõi hendáicha: 1- oñeñe’ê rupive (Corpus oral), CORACON, ha aranduka rupive (Corpus textual) COTRACON, upéicha rupi ojeguerekóta peteî pyenda jeroviapy ojehekombo’esévape guarã Guarani ñe’êre, taha’e lingüístico, lexicológico térã terminológico rehegua. Iporã avei ojehechakuaa ko proyecto rupive, ndaha’éiha katuete ojehecharamótava Guarani cultura ramo, ojejapógui upe ñembyaty imba’e tee rehegua, ága katu oipytyvôvéta ñeikûmby porãve haguã umi oîmava chugui jeheka ha ñembo’e rupive Guarani ñe’ê hekópete.

HACIA LA NORMALIZACIÓN LINGÜÍSTICA DE LA LENGUA GUARANÍ

EL PROYECTO AVAKOTEPA Y EL PROCESO DE NORMALIZACIÓN LINGÜÍSTICA DEL GUARANÍ PARAGUAYO

La motivación principal que llevó a nuestro grupo de investigación a acometer la tarea de crear una plataforma que albergará todos los recursos existentes sobre la lengua Guaraní, además de la recopilación de corpus textuales y orales en dicha lengua, fue la constatación de que, pese a que en Paraguay hay muchas personas y/o instituciones que se dedican al estudio de la lengua Guaraní, éstos lo hacen mayoritariamente de forma aislada y sin la coordinación de un “Centro de Referencia sobre el tema”. En Internet, por ejemplo, son escasas las páginas que abordan el tema de la enseñanza-aprendizaje del idioma Guaraní o que dispongan de recursos –corpus textuales, gramáticas, muestras de audio, etc.- que permiten la realización de estudios empíricos sobre el legado cultural más valioso del Paraguay, su lengua. La firma del Acta de Asunción, el 2 de agosto de 1995, suscripta por los Ministros de Educación y Cultura de los países miembros del Mercosur, declaró al Guaraní como lengua oficial del Mercosur. La octava resolución del Acta propone:
Declarar al Guaraní Lengua Histórica del Mercosur y revalorizar su legado cultural a través de la laboración de un inventario de su patrimonio, la promoción de la investigación académica y la enseñanza de la Lengua, conjuntamente con el estudio y la preservación de las culturas de la región”. (MERCOSUR, 1995, acta octava).
En este sentido, nuestro proyecto no sólo pretende convertirse en un marco de referencia, al revalorizar su legado cultural a través de la elaboración de un inventario de su patrimonio para que esté disponible en Internet, sino que también contribuirá a la mejor comprensión de los estudios existentes a través de la promoción de la investigación académica y la enseñanza de la Lengua. Ahora bien, si pretendemos fomentar la investigación académica y la enseñanza de la lengua Guaraní con rigor científico, es imprescindible invertir en la recopilación de corpus lingüísticos –tanto orales como textuales-, ya que hoy en día, a la luz de la moderna lingüística de corpus, éstos se han convertido en la única fuente empírica fiable para el estudio de cualquier aspecto de una determinada lengua –ya sea con fines lingüísticos, lexicológicos o terminológicos-.

INVERTIR EN LA REVALORIZACIÓN DE LA CULTURA GUARANÍTICA PARA COMBATIR LA EXCLUSIÓN SOCIAL VINCULADA A LA DISCRIMINACIÓN LINGÜÍSTICA DE LOS GUARANÍ-HABLANTES EN EL PARAGUAY

La lengua como vehiculizadora de la Cultura es la frase latente que se oye en las reuniones, en los discursos y en las aulas de las distintas instituciones del país cuando se aborda el tema sobre las lenguas utilizadas por la población como instrumentos de comunicación. El castellano y el Guaraní, que han estado en contacto por más de quinientos años y que han trasmitido valores y tradiciones que representan sendas culturas, han ido evolucionando a lo largo de los siglos y han convergido en un sistema lingüístico sui generis e interrelacionado que –debido a la permeabilidad cultural- representa y expresa los valores y la cultura del Paraguay a través de dos lenguas que conforman el conocido bilingüismo mestizo, que son, a saber, el Guaraní paraguayo y el castellano paraguayo. Es evidente que hoy en día hay demasiados puntos de contacto e interferencias de códigos para que no se tenga en cuenta a una de esas lenguas cuando se estudia algún fenómeno relacionado con la otra. Ahora bien, cuando se trata de los saberes y valores propios del universo de la comunidad guaraní hablante -originaria de la cultura ancestral Tupí-Guaraní- parece ser que hay una zona limítrofe bastante más definida y, pese al trasvase lingüístico, se puede identificar con claridad hasta que punto la cultura nativa sobrevive en la lengua de los colonizadores y, más aún, de que forma la misteriosa supervivencia del Guaraní denota la existencia de un valioso legado cultural arraigado al código lingüístico, y que se remonta a tiempos inmemoriales. Por ello, es imprescindible llevar a cabo estudios que rescaten y preserven dicho legado, para que se resguarden los valores espirituales y culturales que subyacen bajo el guaraní paraguayo.

Paralelamente a ese proceso de rescate histórico-cultural de la lengua guaraní, una de las tareas más urgentes es la sistematización y normalización de su código lingüístico. Es decir, para que la lengua guaraní deje de ser motivo de apasionadas –y a veces irracionales- discusiones respecto de los aspectos normativos que otorgan a una determinada variedad hablada el estatus de estándar –clasificada por muchos como purista y artificial-, en contraposición a “sus desviaciones”, que deslindan de la norma académica y, pese a que son el fiel retrato de una lengua viva, son tratadas como aberraciones prosaicas –tildada como lengua inculta del pueblo llano-, es imprescindible aunar esfuerzos para trabajar sobre una normalización consensuada de la lengua Guaraní hablada en Paraguay.

En resumen, además de exigir la utilización del guaraní en todos los ámbitos, invirtiendo en el proceso de funcionalización de la lengua autóctona y llevándola a todos los estamentos de la sociedad –con o sin neologismos, préstamos lingüísticos, etc.-, para que, por ejemplo, los medios masivos de comunicación, el mundo empresarial y el Gobierno de facto la utilice como otra lengua del Estado, es preciso ponernos de acuerdo y analizar en profundidad el amplísimo repertorio léxico –activo y pasivo- del guaraní contemporáneo.
Es bien sabido que los más afectados por la “exclusión lingüística” y la falta de “normalización de la lengua guaraní” son los ciudadanos paraguayos que representan las generaciones venideras; es decir, los niños y niñas en edad escolar que, en la actualidad, viven al margen de la sociedad. En otras palabras, la falta de rigor científico en el diseño de métodos y materiales didácticos para la enseñanza del guaraní como L1 o L2, la mala formación del profesorado, y los fallos en los procesos de diseño e implementación de los planes y políticas lingüísticas por parte del MEC, así como de su ejecución y ajustes pertinentes, a cargo de las instituciones y del cuerpo docente, lo que casi siempre redunda en baja calidad formativa e incide sobre el perfil de salida de los alumnos/as paraguayos, parece estar directamente relacionado con un problema de fondo -de índole lingüística-: la falta de normalización lingüística del guaraní y, por consiguiente, la falta de rigor científico en todo el proceso de enseñanza-aprendizaje de la misma.

Por último, es importante recalcar que al revalorizar el legado cultural de la lengua guaraní a través de la elaboración de un inventario de su patrimonio para que esté disponible en Internet, no solo contribuiremos a la mejor comprensión de los estudios existentes a través de la promoción de la investigación académica y la enseñanza del guaraní, sino que también incidiremos directamente en la revalorización de la lengua materna de una comunidad de hablantes que, casi siempre, se encuentra al margen de la sociedad pudiente y no tiene ni voz ni voto en el Gobierno.